Las cifras indican que sí, merece la pena la invertir en formación. Hay un claro retorno de la inversión tanto a corto, como a largo plazo, pero las dificultades económicas que están atravesando muchas familias durante los últimos años han provocado un ajuste en este presupuesto.
Hoy en día hay pocas cosas que garanticen un acceso seguro al mercado laboral, o incluso la posibilidad de mantenerse en él, pero contar con formación superior y con conocimientos especializados y actualizados en un área profesional es una de las variables que más valoran las empresas a la hora de contratar, mantener y/o promocionar.
La formación continua ha venido experimentando en los últimos años una notable evolución, ya que la importancia de una buena formación es vital tanto a nivel empresarial como personal. Para la empresa por el beneficio de unos buenos resultados y para el trabajador por sentirse seguro y eficaz respecto a su labor.
Hay quién aún piensa en la formación como un coste o un desperdicio de horas de trabajo o producción y no como una inversión con retorno. Formar personas es preparar el éxito de la empresa, ya que cuánto más cualificado esté el trabajador, más productivo será y, por lo tanto, más rentable para la empresa.
Invertir en formación siempre es una gran opción.
A mayor formación, más y mejores oportunidades laborales. La formación es la mejor arma para protegerse durante los ciclos económicos adversos. Las posibilidades de encontrar trabajo en nuestro país se han visto claramente mermadas. Hoy en día todos aquellos que deseen tener un futuro con éxitos laborales deben ser constantes y tienen que estar dispuestos a esforzarse para adquirir nuevos conocimientos que les permitan seguir siendo profesionales competentes.
Por lo que invertir en formación siempre es una buena opción. Evalúa tus capacidades y refuerza aquellas áreas en las que creas que eres más débil. Además, una persona en continua formación despierta un mayor interés por parte de las empresas, pues no sólo su preparación será determinante, sino la inquietud que demuestra un profesional por estar mejor cualificado, hará que sea valorado.
La formación nos permite aprender, entrenarnos, capacitarnos y desarrollarnos como personas y profesionales. Todos buscamos mejorar en nuestro trabajo diario y ser reconocidos por ello, pero el reconocimiento no viene solo sino que es fruto de un buen rendimiento. Aparte de la experiencia y bagaje que cada uno de nosotros aportamos, es fundamental el reciclaje y la actualización de conocimientos y destrezas que permitan enriquecer nuestra labor y progresar en nuestra carrera profesional.
Invertir en formación nos abre puertas a nuevas oportunidades y nos ayuda a sentir menos temor a la hora de aventurarnos en áreas profesionales desconocidas o que se salen de nuestra zona de confort. Los años de experiencia nos transmiten grandes aprendizajes, pero siempre existe margen de mejora, y la formación continua es el camino.
